julio 29, 2011

Me llamó para pedirme que arreglemos los papeles.

Hace varias semanas como a las 10 de la noche, sonó el teléfono de casa, y vi que era Manuel. Me sorprendí un poco, porque nunca me llama, y por la hora era obvio que no quería hablar con los niños.

Me dijo: quiero que arreglemos los papeles. me hice la desentendida y le pregunté a que papeles se refería, y me contestó que a los del divorcio.
Con mucha tranquilidad le  dije que si él me hubiese pedido el divorcio hace 1 año, seguramente yo iba a firmarlos sin ningún problema. Pero ahora mis creencias y mi mentalidad no era la misma y que yo no iba a poder firmar ese papel.

Manuel se quedó cayado y me pregunto que era lo que yo esperaba. Le dije: tú sabes que esta es tu familia y esta es tu casa. Su respuesta fue un gran silencio.

Luego me dijo: tú y yo ya ni nos comunicamos, no existe nada entre tú y yo. Y mi respuesta fue: No nos comunicamos porque tú entras y sales y no saludas. Yo te saludo y no contestas.

Me dijo que me había hecho mucho daño a mi, y que no quería provocarme más dolor. Que no quería que este proceso fuera más doloroso y problemático, y que no dañara a mis hijos.

Le contesté que el daño que él me había provocado ya no existía porque desde que yo había buscado a Dios todo mi dolor sanó, que mi Dios me ha fortalecido, me ha llenado de paz y de tranquilidad. Y que de mi parte no esperara más problemas, ni daños a nadie porque yo no los iba a provocar. Me pídió que llegaramos a algún acuerdo, y le pregunté sobre a que tipo de acuerdo quería llegar;  volvió a quedar en silencio.
 Me cambió de tema y luego me empezó a platicar de los niños, sobre su comportamiento y sobre algunos caprichos que han manifestado.

Platicamos un rato más de los niños y luego se despidió.  No me insistió más con el tema.

En ese momento me fui a mi habitación a orar, a clamarle a mi Padre y decirle que esos papeles los pongo en su Diestra poderoso, a clamarle que me dé fortaleza para enfrentar su voluntad y a pedirle que me diera una palabra de aliento, durante mi oración claramente sentí que debías leer el salmo 18, por lo que abrí mi biblia y me encontré con estas palabras maravillosas que me tranquilizaron mucho:

118:1¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo diga la familia de Aarón: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor!

Reconocimiento de la ayuda recibida

118:5 En el peligro invoqué al Señor, y él me escuchó dándome un alivio. El Señor está conmigo: no temeré; ¿qué podrán hacerme los hombres? El Señor está conmigo y me ayuda: yo veré derrotados a mis adversarios. Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.

Todos los paganos me rodearon, pero yo los derroté en el nombre del Señor; me rodearon por todas partes, pero yo los derroté en el nombre del Señor; me rodearon como avispas, ardían como fuego en las espinas, pero yo los derroté en el nombre del Señor. Me empujaron con violencia para derribarme, pero el Señor vino en mi ayuda.

El Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. Un grito de alegría y de victoria resuena en las carpas de los justos:
"La mano del Señor hace proezas, la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas". No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte.

Entrada solemne en el Santuario

118:19 "Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al Señor". "Esta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por ella". Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señor:

alegrémonos y regocijémonos en él. Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y él nos ilumina. "Ordenen una procesión con ramas frondosas hasta los ángulos del altar".

Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!

Luego de leer estas bellas palabras de victoria de mi Señor quedé con mucha paz interna.

Los días han transcurrido, y lo único que veo por parte de Manuel, es el deseo de querer llevar una relación un poco más “cordial”

El martes pasado me llamó para pedirme que le prestara un momentito a los niños, llegó a casa por ellos y mi sorpresa fue que no se los llevó como acostumbra a hacerlo, sino se quedó a jugar en casa con ellos. Mis hijos la pasaron muy bien, mientras escuchaba las risas, los gritos y los veía correr por toda la casa, solo daba gracias a Dios, porque esas risas y esos gritos por toda la casa me hicieron recordar aquellos días que éramos la familia mas feliz que existía, pero también daba gracias a Dios por ese momento, porque sé que lo volveremos a ser.

En ti Confío mi Señor! Tu conoces mis pensamientos, tu conoces los anhelos de mi corazón, Tu sabes cuanta fe en ti tengo y en la certeza de que tu restaurarás mi matrimonio. Y entonces yo diré: “La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular”

Porque muchas veces quisiste entrar a mi casa, y muchas mas te cerramos la puerta mi Señor, pero a partir de ahora, eres tu la piedra angular!, eres tu esa roca sobre la cual mi hogar esta edificándose.