marzo 23, 2012

La promesa de Dios



El domingo 26 de febrero pasado, justo en la primera lectura Dios habló a mi corazón.   Meditaba sobre esa promesa preciosa que le hizo a Noé,  que la tierra nunca más seria destruida por causa de un diluvio y que para recordarnos esa promesa EL, nuestro Dios pondría un arco iris.
De pronto, vino a mi corazón una voz que dijo: también hice promesas  a Abraham, y tardé en cumplirlas….
Recordé en ese momento las muchas veces que mi Señor habló a mi corazón, en ocasiones con voces dentro de mi  ser, en otras me despertaba con una cita bíblica, otras, por medio de personas que me decían: El señor restaurará;  y también lo hizo directamente a través de la biblia.   MI corazón en ese entonces estaba muy, muy  adolorido, herido y sin fuerzas para vivir. Pero fueron muchas, muchas  veces las que el Señor prometió que mi matrimonio será restaurado  y a eso me sigo aferrando.

Y nuevamente vino Abraham a mi mente.  Y me pregunté a misma: Cuanto pasó Abraham  desde el día en que el Señor le hizo la promesa, hasta el momento de ver cumplida la misma???
Y comparto con ustedes lo siguiente:
Dice el libro de Génesis 12,1,4  Pero Yavé había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. 

Y era Abram, (aquí no tenia aun el nombre dado por Dios)  de 75 años, cuando decidió creerle al Señor.  Luego dice  Génesis  14,5-6 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendenciaY creyó a Yavé, y le fue contado por justicia. 
Abram creyó al Señor, sabía que DIos le cumpliría,  Tenia la promesa, pero…
Los años pasaban y nada pasaba... Tenía una promesa y las cosas no sucedían, supongo que Sara se burlaba de él, como lo hacen hoy nuestros familiares al decirles que nuestro matrimonio será restaurado porque Dios lo ha prometido.

Pienso que Abraham flaqueó, como muchos de nosotros, como todos los que hoy estamos en este grupo lo hemos hecho, y empezó a ver las circunstancias, a ver que cada día se hacía viejo y que su juventud se quedaba atrás… Como muchos hoy piensan: es que mi juventud se me va y cuando regrese ya seremos dos viejitos y me habré perdido muchas cosas junto a él. Es que ya no podré ser feliz… y muchas excusas mas.
Abraham y Sarai,   o más bien Sarai  decidió que mejor hacia las cosas a su manera, porque la promesa no llegaba.  Y luego leemos:
Génesis 16, 1-2  Sarai, la esposa de Abraham, no le había dado ningún hijo. Pero ella tenía una esclava egipcia llamada Agar. Sarai dijo a Abraham: "Ya que el Señor me impide ser madre, únete a mi esclava. Tal vez por medio de ella podré tener hijos". Y Abraham accedió al deseo de Sarai.  
Cuantas veces no hacemos las cosas a nuestra manera?? Los días pasan, los meses o quizás años pasan y esa promesa de Dios no se cumple,  y como no se cumple decidimos “ayudarlo” y hacer que las cosas sucedan, de acuerdo a nuestra pobre e infeliz voluntad. Tomamos decisiones para nuestro “bien” debido a que  sucede todo lo contrario a la promesa de Dios, sucede que incluso el divorcio tocó ya las puertas de nuestro hogar  y esa promesa que Dios hizo, nunca se “cumplió”, según nosotros.
Pero nuestro Dios es un Dios fiel!, El si hace una promesa, la cumple porque la cumple, en el capítulo 17 leemos:
Génesis 17,1-7  Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Yavé y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mí pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. 

Pasaron 24 años desde la primera promesa, hasta el día en que Dios volvió a prometer! 24 años esperando ese hijo prometido…. Pero a pesar de que Abraham había hecho las cosas a su manera, El Señor una vez más promete.  Las cosas se deben hacer como Dios dice, como sus planes son, las cosas deberán suceder de acuerdo a su promesa, en su tiempo y no conforme a nuestra boba voluntad.
Algo que me llama la atención es que las dos veces que Dios prometió a Abraham hacerlo padre de muchos,  siempre dio un mandato.  En la primera ocasión dice:  “Vete de tu tierra y de tu parentela”  y Abraham obedeció,  en la segunda ocasión dice el Señor: “anda delante de mí y sé perfecto”, y aunque Abraham había ya hecho las cosas de acuerdo a su voluntad humana, obedeció de nuevo al Señor.

Sé que muchos de nosotros hemos recibido la promesa directamente de Dios, de que EL hará, de que El restaurara nuestros hogares, nuestras familias.  Y si esa promesa no la has escuchado, no la has leído… que esperas para preguntarle al Señor que es lo que hará? Qué esperas para preguntarle al Señor qué planes tiene para ti y para tu conyugue?  El te responderá, de eso estoy segurísima, y  te confirmará su decisión. El siempre confirma una respuesta.

Y si tenemos la promesa, seguramente también nos ha dado un mandamiento. Estamos cumpliendo ese mandamiento que El nos ha dado?  Porque seguramente a  todos nos ha pedido hacer algo mientras la restauración llega. Lo estamos cumpliendo??
Siguiendo con Génesis, específicamente en el capitulo 22:16 dice: “Por mí mismo he jurado, dice Yavé, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”

Los que hemos leído Génesis, vemos como Abraham es obediente una vez más, y seguramente con frustración lleva al sacrificio a ese hijo que Dios prometió darle y que cumplió. Me pongo un momento en el lugar de Abraham y siendo él humano, como todos nosotros, seguramente se pregunto: ¿Para qué tanto esperar?, ¿para que una promesa cumplida? ¿Por qué si me da el hijo que tanto tiempo esperé, hoy me lo quita?...  seguramente Abraham no entendía nada, nada de lo que Dios le pedía que hiciera, pero obedientemente cumplió al pie de la letra cada mandato.  Y entonces vemos como Dios le dice: Por mí mismo he jurado, dice Yavé, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Dios cumplió la promesa, porque Abraham fue fiel a su mandato, sucedieron muchas cosas en el ínterin, pasaron muchos años pero Dios fue fiel.

Muchos tenemos la promesa de Dios,  pero también el mandato. Así que preocupémonos por lo que nos toca, por cumplir la misión que tenemos mientras el conyugue regresa,  que EL nuestro Dios fiel y bondadoso hará en su tiempo y conforme su voluntad lo que a Él le corresponde.  Viene a mi esa escritura que a muchos, muchos nos ha dado: “Y el Señor me respondió: "Escribe la visión, grábala en tablillas, para que pueda leerse con facilidad; pues es aún una visión para una fecha fija, llegará a su término y no fallará; si tarda, espérala, pues llegará en el momento preciso". Habacuc 2:2-3

Que el Señor nos siga dando la paciencia y la fortaleza para poder soportar el tiempo que El ha marcado, mientras ellos vuelven.  Mientras tanto, hagamos lo que El nos ha pedido para agradarle, para obedecer. 

Bendiciones,