El domingo 26 de febrero
pasado, justo en la primera lectura Dios habló a mi
corazón. Meditaba sobre esa promesa preciosa que le hizo a
Noé, que la tierra nunca más seria destruida por causa de un diluvio
y que para recordarnos esa promesa EL, nuestro Dios pondría un arco iris.
De pronto, vino a mi corazón
una voz que dijo: también hice promesas a Abraham, y tardé en
cumplirlas….
Recordé en ese momento las
muchas veces que mi Señor habló a mi corazón, en ocasiones con voces dentro de
mi ser, en otras me despertaba con una cita bíblica, otras, por
medio de personas que me decían: El señor restaurará; y también lo hizo
directamente a través de la biblia. MI corazón en ese entonces
estaba muy, muy adolorido, herido y sin fuerzas para vivir. Pero
fueron muchas, muchas veces las que el Señor prometió que mi
matrimonio será restaurado y a eso me sigo aferrando.
Y nuevamente vino Abraham a mi
mente. Y me pregunté a misma: Cuanto pasó Abraham desde
el día en que el Señor le hizo la promesa, hasta el momento de ver cumplida la
misma???
Y comparto con ustedes lo
siguiente:
Dice el libro de Génesis
12,1,4 Pero Yavé había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu
parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti
una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra. Y era Abram de edad de setenta
y cinco años cuando salió de Harán.
Y era Abram, (aquí no tenia aun
el nombre dado por Dios) de 75 años, cuando decidió creerle al
Señor. Luego dice Génesis 14,5-6 Y
lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si
las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Yavé, y le fue contado por justicia.
Abram creyó al Señor, sabía que
DIos le cumpliría, Tenia la promesa, pero…
Los años pasaban y nada
pasaba... Tenía una promesa y las cosas no sucedían, supongo que Sara se
burlaba de él, como lo hacen hoy nuestros familiares al decirles que nuestro
matrimonio será restaurado porque Dios lo ha prometido.
Pienso que Abraham flaqueó,
como muchos de nosotros, como todos los que hoy estamos en este grupo lo hemos
hecho, y empezó a ver las circunstancias, a ver que cada día se hacía viejo y
que su juventud se quedaba atrás… Como muchos hoy piensan: es que mi juventud
se me va y cuando regrese ya seremos dos viejitos y me habré perdido muchas
cosas junto a él. Es que ya no podré ser feliz… y muchas excusas mas.
Abraham y
Sarai, o más bien Sarai decidió que mejor hacia las
cosas a su manera, porque la promesa no llegaba. Y luego leemos:
Génesis 16, 1-2 Sarai,
la esposa de Abraham, no le había dado ningún hijo. Pero ella tenía una esclava
egipcia llamada Agar. Sarai dijo a Abraham: "Ya que el Señor me
impide ser madre, únete a mi esclava. Tal vez por medio de ella podré tener
hijos". Y Abraham accedió al deseo de Sarai.
Cuantas veces no hacemos las
cosas a nuestra manera?? Los días pasan, los meses o quizás años pasan y esa
promesa de Dios no se cumple, y como no se cumple decidimos
“ayudarlo” y hacer que las cosas sucedan, de acuerdo a nuestra pobre e infeliz
voluntad. Tomamos decisiones para nuestro “bien” debido a que sucede
todo lo contrario a la promesa de Dios, sucede que incluso el divorcio tocó ya
las puertas de nuestro hogar y esa promesa que Dios hizo, nunca se
“cumplió”, según nosotros.
Pero nuestro Dios es un Dios
fiel!, El si hace una promesa, la cumple porque la cumple, en el capítulo 17
leemos:
Génesis 17,1-7 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando
le apareció Yavé y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y
sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.
Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He
aquí mí pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará
más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por
padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré
naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y
tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser
tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
Pasaron 24 años desde la
primera promesa, hasta el día en que Dios volvió a prometer! 24 años esperando
ese hijo prometido…. Pero a pesar de que Abraham había hecho las cosas a su
manera, El Señor una vez más promete. Las cosas se deben hacer como
Dios dice, como sus planes son, las cosas deberán suceder de acuerdo a su
promesa, en su tiempo y no conforme a nuestra boba voluntad.
Algo que me llama la atención
es que las dos veces que Dios prometió a Abraham hacerlo padre de
muchos, siempre dio un mandato. En la primera ocasión
dice: “Vete de tu tierra y de tu parentela” y
Abraham obedeció, en la segunda ocasión dice el Señor: “anda
delante de mí y sé perfecto”, y aunque Abraham había ya hecho las
cosas de acuerdo a su voluntad humana, obedeció de nuevo al Señor.
Sé que muchos de nosotros hemos
recibido la promesa directamente de Dios, de que EL hará, de que El restaurara
nuestros hogares, nuestras familias. Y si esa promesa no la has
escuchado, no la has leído… que esperas para preguntarle al Señor que es lo que
hará? Qué esperas para preguntarle al Señor qué planes tiene para ti y para tu
conyugue? El te responderá, de eso estoy segurísima, y te
confirmará su decisión. El siempre confirma una respuesta.
Y si tenemos la promesa,
seguramente también nos ha dado un mandamiento. Estamos cumpliendo ese
mandamiento que El nos ha dado? Porque seguramente
a todos nos ha pedido hacer algo mientras la restauración llega. Lo
estamos cumpliendo??
Siguiendo con Génesis,
específicamente en el capitulo 22:16 dice: “Por mí
mismo he jurado, dice Yavé, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado
tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu
descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas
todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz”
Los que hemos leído Génesis,
vemos como Abraham es obediente una vez más, y seguramente con frustración
lleva al sacrificio a ese hijo que Dios prometió darle y que cumplió. Me pongo
un momento en el lugar de Abraham y siendo él humano, como todos nosotros,
seguramente se pregunto: ¿Para qué tanto esperar?, ¿para que una promesa
cumplida? ¿Por qué si me da el hijo que tanto tiempo esperé, hoy me lo
quita?... seguramente Abraham no entendía nada, nada de lo que Dios
le pedía que hiciera, pero obedientemente cumplió al pie de la letra cada
mandato. Y entonces vemos como Dios le dice: “Por mí
mismo he jurado, dice Yavé, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado
tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del
mar. Dios cumplió la promesa, porque Abraham fue fiel a su mandato,
sucedieron muchas cosas en el ínterin, pasaron muchos años pero Dios fue fiel.
Muchos tenemos la promesa de
Dios, pero también el mandato. Así que preocupémonos por lo que nos
toca, por cumplir la misión que tenemos mientras el conyugue
regresa, que EL nuestro Dios fiel y bondadoso hará en su tiempo y
conforme su voluntad lo que a Él le corresponde. Viene a mi esa
escritura que a muchos, muchos nos ha dado: “Y el Señor me respondió:
"Escribe la visión, grábala en tablillas, para que pueda leerse con
facilidad; pues es aún una visión para una fecha fija, llegará a su término y
no fallará; si tarda, espérala, pues llegará en el momento preciso". Habacuc
2:2-3
Que el Señor nos siga dando la
paciencia y la fortaleza para poder soportar el tiempo que El ha marcado,
mientras ellos vuelven. Mientras tanto, hagamos lo que El nos ha
pedido para agradarle, para obedecer.
Bendiciones,
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