Pero mi fe también
continúa y no hay forma que me hagan pensar que la montaña nunca se moverá. En el libro “El Silencio de Maria” del Padre Ignacio Larrañaga hay una frase que
me encanta, podría decir que es parte de mi lema en esta batalla: “Dicen que el agua cayendo gota a gota,
acaba por perforar las entrañas de una roca”. Mi lucha es así, gota a gota sabiendo que si
continuo aferrada de la mano de mi Señor, todo es posible y para Él esta
montaña que ante los ojos de los hombres es imposible derribar, para El será
una razón más para mostrar su poder y su
fidelidad ante las promesas hechas.
Este año ya va
culminando y con él, muchísimas cosas hermosas.
Mi Señor este año ha sido tan bondadoso y misericordioso conmigo. De
esa herida que tanto costó sanar, podría decir que ya solo quedó la cicatriz, como cuando uno sufre una intervención
quirúrgica y queda una cicatriz un tanto sensible, pero cada que se ve es para darse cuenta que el dolor ha
sido superado. Mi corazón está muy sano
y lleno de paz, lleno de gozo y de muchísima esperanza, no solo en la restauración
de mi matrimonio, sino esperanza en que cada día en general el Señor trae cosas
buenas y bellas a mi vida. Bendito mi
Señor que mi dolor lo ha convertido en canto! (Salmo 126:5)
Aunque debo
confesar que me he alejado del grupo JSMF,
mi lucha aun continua, mi fe sigue estando firme y estable.
Y en estas últimas
semanas, el Señor me ha dejado ver que
la montaña va desprendiendo uno que otro terroncito, justo ayer que se celebró la noche buena el Señor me dio dos regalos hermosos que no
me los esperaba. El primero, Manuel me llamó por la mañana para que
apresurara una compra de un refrigerador que necesito, el que tenía en uso se descompuso y ya no es posible
su reparación; y como él trabaja en una
cadena de electrodomésticos pues “abusé”
solicitándole que me apoyara consiguiendo un buen precio para poder
comprar uno nuevo. En ningún momento
pedí apoyo para que él pagara ni cosa por el estilo, incluso le indiqué como sería
mi forma de pago. Junto a este
refrigerador, también quise comprar una
cama nueva y al llegar a la tienda mi sorpresa es que la persona que me atiende me dice que solo me
cobrará el refrigerador y que de la cama dio instrucciones Manuel para que se la cobren a él. Es un gesto muy amable de su parte que
agradecí inmediatamente pues jamás me lo
esperé.
Esa misma
noche buena debíamos terminar con mis
suegros la corona de adviento, y para eso
planificamos realizarla en la tarde para yo poder estar con mi mama y mis
hermanos en la noche. Por cosas que solo
Dios sabe, la corona no la pudimos realizar en la tarde así que llamé a mi suegra para decirle que llegaría
como a las 7:30pm. Al llegar, mi sorpresa que afuera de la casa de mi
suegra estaba el carro de Manuel estacionado, tampoco lo esperaba porque pensé
que este día lo pasaría en otro lugar.
Esperamos por
mucho tiempo a mi cuñado para celebrar la corona de adviento, ya que el deseo
de mis suegros era tener reunidos a sus 3 hijos y sus nietos.
Mi segundo regalo fue que Manuel bajó a celebrar la corona de adviento
con toda la familia y me dio un abrazo de la paz!!!!.... Yo estaba por dentro agradecidísima con
mi Señor, pues desde hace algún tiempo le venía diciendo a
mi Dios que el regalo que más anhelaba era un abrazo de mi esposo en esta
navidad y allí estaba mi Señor, fiel y bondadoso como siempre, dándome el
abrazo en navidad. Mi corazón estaba
lleno de gozo y agradecimiento a mi bello Señor.
La noche
estaba muy alegre con tanto niño corriendo por todos lados y la familia
reunida, pero tenía el compromiso con mi mama de pasar la media noche junto a
mis hermanos y sinceramente no quería dejar ese bello cuadro de ver a mis hijos
jugando con su papa en la noche buena.
Mi corazón quería quedarse un poco más
pero mi compromiso con mi mama estaba presente.
Al
despedirnos, casi a las 11:30 les pedí a
mis hijos que dieran el abrazo de navidad a todos los presentes, y junto a
ellos también yo iba dando el abrazo. Mi
Señor tan bello que tocó el corazón de Manuel para que bajara a la sala en ese
justo momento y aproveché para darle otro abrazo de navidad. Sé que mi Señor me dio el momento para
hacerlo, como diciendo: “aquí está la oportunidad para que te dé el abrazo que
tanto me has pedido”. no pude dar el
abrazo que hubiese querido. A lo mejor
por temor o inseguridad y solo pude
abrazar a Manuel de una manera un tanto
distante y fría.
Sin embargo mi
corazón estaba lleno de gozo y agradecimiento, mi rostro iba irradiando
felicidad de ver que mi Señor movió todo para que pudiera pasar un buen momento
justo la noche buena.
Para mí esto
es como un terroncito de esa gran montaña que parece nunca dejarse
derribar, son situaciones que me dan un
respiro de esperanza, y si a esto añadimos que hace como un mes recibí un
mensaje de Randall donde me comenta que aparentemente la relación que Manuel tenia con la otra persona terminó, entonces creo que es cuestión de seguir
esperando que el Señor manifieste su poder para derribar completamente esta
montaña que tan difícil se ha hecho
derribar.
Con respecto a
ese correo que recibí, mi postura es
como de espectadora, simplemente observando que sucede alrededor y esperando en
el Señor; que al final es el único que
sabe qué planes tiene para esta relación de adulterio, El conoce la fecha en
que esa relación terminará o terminó y sabe los motivos. Él es quien se encargará de eso y mis oraciones son para que cada uno de
ellos, de manera separada encuentre
al Señor y puedan dar testimonio de su
misericordia, de su perdón y de su amor.
De cómo El les ha estado esperando con los brazos abiertos como aquel
padre que esperó a su hijo prodigo.
Mi tarea es
continuar orando y aferrándome de la
mano del Señor, velar por mi crecimiento
espiritual y mantener esa relación personal con Dios lo mas intima posible para
que el dia que El decida actuar, yo esté
preparada para abrir de nuevo mi corazón a un matrimonio acompañado de Dios. Mi fe es imposible de quebrantar, como
imposible es para el Señor dejar de cumplir sus promesas.
Gracias mi
Dios por estos bellos gestos que me das!, gracias porque a través de ellos veo
como tu mano empieza a mover mi montaña.
Grande eres y nadie te gana en poder y misericordia.
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