diciembre 25, 2012

Terroncitos de la gran Montaña.

Mi montaña aun sigue allí  aparentemente inmóvil, grande, fuerte, indestructible.  Una montaña difícil de traspasar, difícil de derribar.

Pero mi fe también continúa y no hay forma que me hagan pensar  que la montaña nunca se moverá.   En el libro “El Silencio de Maria”  del Padre Ignacio Larrañaga hay una frase que me encanta, podría decir que es parte de mi lema en esta batalla: “Dicen que el agua cayendo gota a gota, acaba por perforar las entrañas de una roca”.   Mi lucha es así, gota a gota sabiendo que si continuo aferrada de la mano de mi Señor, todo es posible y para Él esta montaña que ante los ojos de los hombres es imposible derribar, para El será una razón más para mostrar  su poder y su fidelidad ante las promesas hechas.

Este año ya va culminando y con él, muchísimas cosas hermosas.  Mi Señor este año ha sido tan bondadoso y misericordioso conmigo.    De esa herida que tanto costó sanar, podría decir que ya solo  quedó  la cicatriz, como cuando uno sufre una intervención quirúrgica y queda una cicatriz un tanto sensible, pero cada que  se ve es para darse cuenta que el dolor ha sido superado.  Mi corazón está muy sano y lleno de paz, lleno de gozo y de muchísima esperanza, no solo en la restauración de mi matrimonio, sino esperanza en que cada día en general el Señor trae cosas buenas y bellas a mi vida.   Bendito mi Señor que mi dolor lo ha convertido en canto!  (Salmo 126:5) 

Aunque debo confesar que me he alejado del grupo JSMF,  mi lucha aun continua, mi fe sigue estando firme y estable.

Y en estas últimas semanas,  el Señor me ha dejado ver que la montaña va desprendiendo uno que otro terroncito,  justo ayer que se celebró  la noche buena  el Señor me dio dos regalos hermosos que no me los esperaba.   El primero,  Manuel me llamó por la mañana para que apresurara una compra de un refrigerador que necesito, el que  tenía en uso se descompuso y ya no es posible su reparación; y como  él trabaja en una cadena de electrodomésticos pues “abusé”  solicitándole que me apoyara consiguiendo un buen precio para poder comprar uno nuevo.  En ningún momento pedí apoyo para que él pagara ni cosa por el estilo, incluso le indiqué como sería mi forma de pago.    Junto a este refrigerador,  también quise comprar una cama nueva y al llegar a la tienda mi sorpresa es que  la persona que me atiende me dice que solo me cobrará el refrigerador y que de la cama dio instrucciones Manuel  para que se la cobren a él.     Es un gesto muy amable de su parte que agradecí  inmediatamente pues jamás me lo esperé.

Esa misma noche buena  debíamos terminar con mis suegros la corona de adviento, y para  eso planificamos realizarla en la tarde para yo poder estar con mi mama y mis hermanos en la noche.  Por cosas que solo Dios sabe, la corona no la pudimos realizar en la tarde  así que llamé a mi suegra para decirle que llegaría como a las 7:30pm.   Al llegar,  mi sorpresa que afuera de la casa de mi suegra estaba el carro de Manuel estacionado, tampoco lo esperaba porque pensé que este día lo pasaría en otro lugar.

Esperamos por mucho tiempo a mi cuñado para celebrar la corona de adviento, ya que el deseo de mis suegros era  tener reunidos a sus  3 hijos  y sus nietos.   Mi segundo regalo fue que Manuel bajó a celebrar la corona de adviento con toda la familia y me dio un abrazo de la paz!!!!....  Yo estaba por dentro agradecidísima con mi  Señor, pues  desde hace algún tiempo le venía diciendo a mi Dios que el regalo que más anhelaba era un abrazo de mi esposo en esta navidad y allí estaba mi Señor, fiel y bondadoso como siempre, dándome el abrazo en navidad.   Mi corazón estaba lleno de gozo y agradecimiento a mi bello Señor.

La noche estaba muy alegre con tanto niño corriendo por todos lados y la familia reunida, pero tenía el compromiso con mi mama de pasar la media noche junto a mis hermanos y sinceramente no quería dejar ese bello cuadro de ver a mis hijos jugando con su papa en la noche buena.  Mi corazón quería quedarse un poco más  pero mi compromiso con mi mama estaba presente.

Al despedirnos, casi a las 11:30  les pedí a mis hijos que dieran el abrazo de navidad a todos los presentes, y junto a ellos también yo iba dando el abrazo.  Mi Señor tan bello que tocó el corazón de Manuel para que bajara a la sala en ese justo momento y aproveché para darle otro abrazo de navidad.   Sé que mi Señor me dio el momento para hacerlo, como diciendo: “aquí está la oportunidad para que te dé el abrazo que tanto me has pedido”.  no pude dar el abrazo que hubiese querido.  A lo mejor por temor o inseguridad  y solo pude abrazar a Manuel de una manera un  tanto distante y fría. 

Sin embargo mi corazón estaba lleno de gozo y agradecimiento, mi rostro iba irradiando felicidad de ver que mi Señor movió todo para que pudiera pasar un buen momento justo la noche buena.

Para mí esto es como un terroncito de esa gran montaña que parece nunca dejarse derribar,  son situaciones que me dan un respiro de esperanza, y si a esto añadimos que hace como un mes recibí un mensaje de Randall donde me comenta que aparentemente la relación  que Manuel tenia con la otra persona terminó,   entonces creo que es cuestión de seguir esperando que el Señor manifieste su poder para derribar completamente esta montaña  que tan difícil se ha hecho derribar.

Con respecto a ese correo que recibí,  mi postura es como de espectadora, simplemente observando que sucede alrededor y esperando en el Señor;  que al final es el único que sabe qué planes tiene para esta relación de adulterio, El conoce la fecha en que esa relación terminará o terminó y sabe los motivos.  Él es quien se encargará de eso y  mis oraciones son para que cada uno de ellos,  de manera separada encuentre al  Señor y puedan dar testimonio de su misericordia, de su perdón y de su amor.  De cómo El les ha estado esperando con los brazos abiertos como aquel padre que esperó a su hijo prodigo.

Mi tarea es continuar orando  y aferrándome de la mano del Señor,  velar por mi crecimiento espiritual y mantener esa relación personal con Dios lo mas intima posible para que el dia que El decida actuar,  yo esté preparada para abrir de nuevo mi corazón a un matrimonio acompañado de Dios.  Mi fe es imposible de quebrantar, como imposible es para el Señor dejar de cumplir sus promesas.

Gracias mi Dios por estos bellos gestos que me das!, gracias porque a través de ellos veo como tu mano empieza a mover mi montaña.   Grande eres y nadie te gana en poder y misericordia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario