Ya no pertenezco a esa casa.

Este fin de semana mis hijos la pasaron con Manuel. Al regresármelos el domingo por las noches es normal que siempre le pregunte a mi hija como la pasaron, que comieron, en fin, detalles de todo lo que vivieron.
Entre lo que me contaba mi pequeña hija, el comentario que le hizo Manuel a su pregunta de porque no regresaba a casa, según ella la respuesta fue: Porque ya no pertenezco a esa casa.
Me dolió tanto ver como no puede darse cuenta el daño que les hace a mis hijos. Esta respuesta me entristeció y por momentos me pongo a pensar: Cuanto tiempo más durara esto?
Mi hija me preguntó, mamita y porque papito se fue de la casa?. Mi respuesta fue la misma que le di hace algunos días que me pregunto cuando iba a regresar papa a la casa: Papito no vive con nosotros porque esta enfermo de su corazón y de sus ojos y solo Dios lo puede sanar. Pero Dios lo sanara cuando papito le pida a Dios que lo sane. Entonces podrá ver y podrá quitarse la venda que tiene en los ojos y su corazón estará sanito de nuevo. Recuerdo que en esa ocasión mi hija me contesto: Mamita, papito esta equivocado, Su cabeza le dice que esta en el lugar incorrecto, pero el no quiere escuchar.
Esta respuesta de mi hija me dejo muy pensativa. Como puede una niña de casi 5 años sacar estas conclusiones?
Para mi es bien dolorosa la situación. Como explicarle a un par de niños que esperan con tanto anhelo a su papa que él no esta en casa porque esta enamorado de otra mujer, que dice amar a otra mujer.
Mi fe no se vera atormentada con esta situación. Mi fe seguirá elevándose, mis peticiones al cielo seguirán clamando la restauración de mi matrimonio y mi mano aferrándose al que me ha hecho promesas que me las cumplirá en su debido tiempo.
Aunque Manuel diga que no pertenece a esa casa, mi Señor tiene otros planes para él. Yo estoy segura que esa es su casa, y que regresara como el hijo prodigo.
Este fin de semana termine la pintura de la sala, y poco a poco iré modificándola y transformándola par que cuando el hijo prodigo regrese a casa sienta que es un hogar literalmente transformado, un hogar restaurado por medio de mi Señor, porque El habita en ella y su Espíritu se derramara cada día de nuestra vida en nosotros.