Este día me desperté con el ruido de cuetillos y mañanitas que despertaron a los papas vecinos. Como desde hace 9 meses, amanecí sin poderte dar un abrazo, pero hoy te extrañe mas. Me hubiese gustado abrazarte, darte esos abrazos que cuando al despertar era lo primero que hacíamos. Decirte: “Feliz día del padre al mejor papa del mundo”, decirte que me siento orgullosa de tenerte como padre de mis hijos, de confirmarte una vez más que no me equivoque al casarme contigo.
Lo único que pude hacer fue enviarte un mensaje de texto con las palabras “Feliz día del Padre, Dios te bendice”, el cual, no se si llegó pues nunca recibí confirmación.
Te extraño tanto, no sabes cuanto!, Sin embargo debo de seguir la espera.
Hay días que siento que ya falta poco para tu regreso, y solo mi Padre sabe si es así o no. Lo único que quiero decirte es que yo sigo admirándote como ser humano, como hombre, como papá. Oro diariamente porque mi Señor pueda tomarte de su mano y pueda regresarte a nuestro hogar. Y hoy me doy cuenta que lo que antes era mi debilidad, ahora se ha convertido en mi mejor fortaleza. La paciencia cada día se incrementa, mi fe cada día de fortalece y ambos se han convertido en mis mejores aliados y compañeros diarios aguardando el momento final.
Feliz día del padre Papito, en casa te amamos y te esperamos. Tú sigues siendo nuestro héroe, ese que por las noches se levantaba a matar sancudos, el que sudaba al barrer y al trapear. Tú sigues siendo nuestro hombre de la casa, nuestro Batman.
Te extrañamos y te amamos, esperamos tu pronto regreso.
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