agosto 08, 2010

Cuando los veo dormir

Mis hijos, son los regalos más lindos que mi Señor me ha dado, es la herencia más linda que me pudo dar.

Pero cuando los veo dormir, ver lo inocentes que son, lo hermosos que se ven, se me parte el corazón el no poder hacer más por ellos. Quisiera tener en mis manos el poder de darles una familia unida, una familia llena de amor, donde reine el amor y la benevolencia de mi Padre bendito.

Mi Señor mi Dios sabe el dolor tan desgarrador que siento cada vez que pienso en su futuro y me niego a resignarme el saber que viven sin su papa a su lado. Mi princesa preciosa, esa sonrisa, esas cancioncitas, esos bailes tan alegres que me brinda, y el no poderlos compartir con Manuel, me duele tanto, por él, y por ella.

Crecí sin un papa a mi lado, crecí añorando tenerlo conmigo, crecí imaginando su cara, su voz. Muchas veces le envié una tarjeta de felicitación del día del padre, con la esperanza de que algún día tendrían una respuesta, pero nunca se dio. Recuerdo cuando cumplí 16 años y lo extrañe tanto. Ese día llore mucho porque no estaba él a mi lado, siempre me pregunte como sería mi vida si él hubiera estado conmigo, si hubiese tenido un papá todos los días a mi lado. Siempre lo extrañe, aunque nunca lo conocí físicamente, aun hoy a mis 34 años lo extraño, aun me hago la pregunta de cómo hubiese sido mi vida si él hubiera estado en casa conmigo.

No quiero que por nada del mundo mis hijos sufran esos sentimientos, en mis oraciones le suplico a mi Señor que no me importa cuánto dolor más tenga yo que pasar, cuantos días más tenga que llorar y suplicar por el regreso de Manuel a casa, pero le suplico que tenga misericordia de mis hijos, Son unos niños tan encantadores que no han logrado tocar el corazón de piedra de Manuel.

Sueño con darles una familia feliz, sueño con que algún día ellos puedan levantarse en la mañana e irse a meter a la cama donde su papa y su mamá estén despertándose con esos abracitos de oso y esos besitos de chocolate que ellos suelen dar y cuando los veo dormir les prometo que voy a luchar hasta el último de mis dias para que ellos puedan tener una familia unida.
Cada noche, cuando los veo dormir les hablo y les cuento que mi Señor nos unirá de nuevo y que en mi corazón existe el deseo de que eso no demore mucho.
Padre bendito, tu sabes que mi fe esta puesta en ti, no dejes que toda la situación alrededor de este dolor que no quiere sanar me haga hundirme y perder mi vista de ti.

Ayúdame a aferrarme a ti, ayúdame a continuar con mi fe puesta en tu poder, en tus promesas, ayúdame a saber que mis hijos tendrán una familia llena de felicidad, una familia llena de alegría, de unión de paz, donde reines tu, porque cuando los veo dormir me parte tanto el alma saber que no tiene a su papa a su lado cada día.

Dame la sabiduría para saber actuar, para saber pensar y caminar de acuerdo a tu voluntad y que pueda ser una hija de tu agrado para merecer mi milagro,

Dame fortaleza, dame fe, dame esperanza y paciencia mi Señor, te lo suplico en el nombre de tu adorado hijo Jesús, Amen,

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