noviembre 02, 2010

Castígalos, oh Dios, que fracasen sus planes Salmo 5:11

La madrugada del 1 de noviembre me desperté con mucho temor, tenia un miedo espantoso, asi de repente me desperté y el sueño se fué. Esto es algo muy raro en mi porque gracias a mi Padre bendito, mi sueño no se ha visto afectado, muy facilmente concilio el sueño y lo hago de manera profunda. Pero algunos dias como este, no es de preguntar ni suponer por que;  siempre que ellos pasan el fin de semana juntos, es decir, el día que Manuel no duerme en casa de sus papas me sucede lo mismo. Nadie me informa de esto, es solo que por la noche me despierto y sé que es eso lo que esta sucediendo.

Me sentía abatida, temerosa, el sueño de repente se me fue y empecé a pensar en  los planes que ellos tienen,   y pensar que ellos en ese momento estaban juntos. Esto es lo que siempre me sucede cuando ellos pasan la noche juntos. A veces creo que esto de “serán una misma carne” aun me afecta cuando él no pasa la noche en casa de sus papas.

Clamé a mi Padre bendito, empecé a pedirle en oración que me llenara de su Espíritu Santo, que diera paz a mi corazón, que por favor regresara mi sueño. Le suplicaba en oración que me amparara, que me cobijara en sus brazos porque sabía que estando bajo su sombra, estaría a salvo de cualquier temor. Le clamaba que por favor echara fuera todo plan del enemigo que viniera a inquietarme, que si ellos tenían planes que no fueran de agrado a Dios que los derribara.

Empecé a quedarme dormida, y no se si fue un sueño o una especie de visión, pero recuerdo que vi que una mujer ponía sobre una mesa una pequeña cajita que simulaba la cajita de las arras y el lazo. Y al abrirla tenia dulces, pero acompañado a eso menciono las palabras: “Cuando Manuel regrese a casa, vendrá lleno de sueños e ilusiones”. Inmediatamente desperté y lo primero que se vino a la mente fue: Es la voz de la virgen María!.

Seguí orando, clamando a Dios su protección y mi paz para poder dormir tranquila y en mi mente se vino leer el salmo 5. El cual nunca lo había leído. Fui a mi biblia y al abrirla leí:

“Escucha mis palabras, Señor, percibe mi susurro; 5,3: atiende mi grito de socorro, ¡Rey mío y Dios mío! A ti te suplico, 5,4: Señor: por la mañana oye mi voz; por la mañana te expongo mi causa, ¡estaré pendiente de ti!
5,5: Tú no eres un Dios que desee el mal, el malvado no es tu huésped, 5,6: ni el impío resiste tu mirada. Detestas a los malhechores, 5,7: destruyes a los mentirosos; a sanguinarios y traicioneros los aborrece el Señor.
5,8: Yo en cambio, por tu gran bondad, puedo entrar en tu casa y postrarme en tu santuario con toda reverencia. 5,9: Guíame, Señor, con tu rectitud en respuesta a mis detractores; allana tu camino ante mí.
5,10: En su boca no hay sinceridad, sus entrañas son pura maldad, su garganta, un sepulcro abierto y su lengua portadora de muerte.
5,11: Castígalos, oh Dios, que fracasen sus planes: por sus muchos crímenes, expúlsalos, porque se han rebelado contra ti. 5,12: Que se alegren los que se refugian en ti canten con júbilo eterno. Protégelos y se regocijarán contigo los que aman tu Nombre, 5,13: porque tú, Señor, bendices al justo, y como un escudo lo rodea tu favor”

Sentí cierta paz, cierto gozo dentro de mí. Todo lo que estaba viviendo, estaba escrito en el salmo 5, mi despertar, mi clamor de madrugada, la confirmación de poder entrar al santuario del Santísimo y postrarme ante él y clamar alli misericordia y liberacion para Manuel… y cuando leí: “Castígalos, oh Dios, que fracasen sus planes.”, recordé que en mi oración pedí que si ellos tenían planes que no eran de agrado a Dios, que los derribara, sentí que no era coincidencia todo lo escrito en el salmo 5.

Gracias Padre de amor por escuchar mi clamor, por hacerme saber por medio de este salmo 5 que tu eres mi refugio, mi consuelo, mi escudo protector.  En ti espero, y por fe se que la obra tuya estará lista muy pronto a mis ojos.

Alabado y glorificado seas siempre mi Señor. Amen.

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