enero 30, 2011

Hay sueños que no mueren


Una y otra vez vuelvo a imaginar a mi familia restaurada, mi hogar como una verdadera iglesia domestica, como la imagen de la santa familia.
Una y otra vez me veo en esa casa con jardín trasero grande, preparando la comida, mientras mi esposo y mis hijos están en la sala.

Esa casa que siempre anhelé, y al verme en el futuro con mi familia unida de nuevo, me veo en esa casa, la que siempre soñé, y aun sueño.
No puedo dejar que ese sueño muera, es una ilusión que siempre tuve y que sé se hará realidad.

Mi confianza esta puesta en el TODOPODEROSO, y sé que El no me defraudará. Aunque las cosas parezcan estancadas, aunque todo se vea negro, hay sueños que no puedo dejar morir. Y es que si uno ve las cosas con ojos humanos, pareciera ser que todo está muerto, que ya soñar es de locos a estas alturas. Pensar en esa linda casa, llena de sonrisas, llena de momentos felices; pensar en esa casa, llegando la noche y saliendo todos juntos corriendo a recibir a papa luego de una larga jornada, pareciera que es de tontos, pero mi confianza está puesta en quien todo lo puede y sé que esos momentos se repetirán. Mi confianza y mi fe están en mi Señor y salvador, que resucitó muertos, que sano enfermos, que levantó paralíticos, aquel amoroso Señor que con tan solo tocar su manto, aquella mujer sanó luego de 12 años de hemorragia.

Yo creo en ti mi Señor, y sé que solo basta esperar, yo creo en ti mi Salvador y Redentor y sé que mayores obras harás en mi vida, en mi matrimonio, en mi familia.

"Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre." San Juan 14:12

Confió en tu palabra, en tu providencia; sé que aunque todo se vea negro, que pareciera ser que todo está paralizado, que nada está pasando, confío en ti mi Señor. “Tu palabra me da vida” dice la alabanza al iniciar la lectura en las misas, y a ella me aferro mi Señor, a esa palabra que no pasa, esa palabra que tarde o temprano se hace realidad. Esa palabra que me sostiene y me levanta, que es mi fortaleza y mi amparo. Tu palabra me da vida mi Señor!

Sigue alimentando mi fe mi Señor, sígueme alimentando de tu confianza, de amor en ti. Quiero amarte cada día mas, quiero merecer mi milagro. Hazme un instrumento en tus manos, dime qué quieres de mí. Dame discernimiento para poder escuchar tu mensaje, para saber cuál es tu palabra para mí.

Señor, confió en ti, y tú lo sabes, no hay nada que ni debajo de las piedras pueda esconderse de ti, y tu sabes que dentro de mi corazón hay una confianza puesta en tu poder, en tu misericordia. Sé que es cuestión de tiempo, que es cuestión de esperar a que esos sueños se hagan realidad.

Seguiré confiando, seguiré esperando, porque mi confianza está puesta en ese Dios de amor, de pactos, de promesas por cumplir, ese amoroso que no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse.

En ti espero mi Señor a que mis sueños se hagan realidad. En tus manos pongo esas vacaciones en familia, esas noches de campamento y fogata junto a mi esposo y mis hijos. En tus manos pongo esas tardes divertidas en que todos juntos cocinamos, en donde mi esposo ríe de nuestras recetas secretas de mi hija y mías. En tus manos pongo esos fines de semana de pic nic, en donde mi esposo y yo preparamos la comida mientras nuestros hijos juegan alegres en el campo. En tus manos pongo esa ilusión de tener otro bebe, de ver como nuestra familia crece y cada día se acerca más a ti.

En ti espero mi Señor, en ti me fortalezco y en ti me lleno de fe, en tus palabras encuentro consuelo, porque a donde iré mi Señor? Si solo tú tienes palabras de vida eterna.

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