abril 05, 2010

Desiciones de vida

La tan ansiada semana Santa pasó, decidí irme estos días con mis hijos al lugar donde nació Manuel. Mis suegros me invitaron a viajar con ellos y decidí ir a pasar estos días lejos de todo esto.
El viaje fue largo, 7 horas de viaje, cansados y gracias a mi Dios, llegamos sin novedad. Mis hijos llegaron muy contentos de ir a ver a sus abuelitos, que aunque viven a pocas cuadras de nuestra casa, ya nos estaban esperando en San Marcos.
Estos días los pase muy bien, cada día en mi oración estaba presente Manuel y junto a esas oraciones estaba llenándose mi corazón de paz. Me sentía tranquila saber que no lo iba a ver, y en algunas ocasiones cuando llamaba no contestaba o bien apagaba mi teléfono para no hablar con el.
Estos días me disfrute a mis hijos, a pesar que Ximena se enfermo de otitis, jugaron, se divirtieron, fuimos a un nacimiento de agua donde hay muchos peces y hasta pescaron! Fueron a divertirse a los juegos mecánicos y en fin, la pasaron muy bien!.
De regreso a casa manejamos por otras 7 horas mas de regreso y al pasar por un jardín pasamos comprando flores para que Ximena las plantara, le encanta sembrar flores!!
Yo por mi parte me distraje muchisisimo y hasta por momentos entra en mi la duda si es necesario seguir perseverando, si es necesario esperar o me decido continuar mi vida feliz con mis hijos quienes me llenan, me dan energías, me dan vida y me permiten ver que la vida es linda, esta llena de sorpresas, de besos, de abrazos, de muchos sueños por cumplirles.
Sin embargo, pese a que no extraño a Manuel, pese a que por momentos siento que ya no lo necesito para vivir, me doy cuenta que tengo a dos pequeños angelitos que mi Dios me dio. Dos seres humanos que inician su vida y a quienes, a pesar de que en aquellos años en que aun no existían, me trazaba la meta de darles una familia feliz, un hogar lleno de amor, lleno de ilusiones, se que debo continuar. Ellos se merecen tener recuerdos de vacaciones en familia, recuerdos de fines de semana juntos. Ellos merecen tener un padre y una madre que los amen y que les den con ejemplo la lección de que una familia es lo fundamental para vivir.
Dios me ha dado a dos grandes niños, sanos inteligentes, llenos de vida, de sueños y de muchas ilusiones, así es que continuare en este camino de perseverancia, continuare esperando porque Manuel regrese a casa para poder darles a mis hijos el cariño y amor que ellos necesitan de sus padres unidos. Continuaré con mi desición de mantener mi promesa frente al altar, la promesa que le hice a mi Dios. Tengo temor de DIos y es lo que me hace mantenerme en esta desicion.

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