mayo 27, 2010

Doble ración del Cuerpo de Cristo

Hoy jueves, dia de visita a mi Jesus Sacramentado. Todos los jueves lo espero con ansias porque sé que frente a Él puedo mostrar mi dolor, mi tristeza y Él con su misericordia sana mis heridas. Cada jueves lo visito a mi hora de almuerzo para platicar con Él y contarle como me siento, contarle como voy evolucionando y darle las gracias porque va sanando mis heridas. También aprovecho para pedirle por Manuel, para que lo guarde, lo proteja y para que su Espiritu Santo sea derramado en su corazón, cada jueves le confirmo a mi Jesus Sacramentado que mi vida y la de mi esposo estan en sus manos.
Sin embargo, este jueves fue algo especial, por las noches, siempre asisto a la hora santa de mi parroquia, este jueves la predica fue relacionada a la comunion, la eucaristia y el sentimiento que debemos de poner al consumir el cuerpo y la sangre de Cristo.
Hoy como en otras ocasiones lo he hecho, al momento de mi eucaristia me arrodillé y suplique nuevamente a mi Señor que me permitiera otra vez tomar el pan de vida, sabiendo que espiritualmente tambien Manuel estaba conmigo. Es una practica que he realizado otras veces, sin embargo hoy le suplique a mi Padre, que me permitiera tomar el cuerpo de Cristo por Manuel, que hoy mas que nunca queria que ese cuerpo de Cristo que yo iba a tomar, que pudiera valer para mi y para Manuel, le suplique a mi Padre que me permitiera pensar por un momento que Manuel estaba a mi lado y que el también iba a sentir la presencia del Espiritu Santo cuando yo consumiera ese cuerpo de Cristo.
Cuando estaba frente a la ministra de la Eucaristia ella pronunció las palabras "Cuerpo de Cristo" respondiendo como ya todos sabemos, amen. Sin embargo mi sorpresa fue cuando al abrir la boca entraron dos hostias. La ministra se me quedo viendo y yo me asusté, abrí mi boca como en señal de que tenia dos y ella tambien se asustó, pero nada podia hacer porque no podia devolver una, estaban dentro de mi boca!!!.
Asi que consumí doble ración del cuerpo de Cristo. Me fuí a mi banca y me arrodillé para darle gracias a mi Señor, pues sentí que no era coincidencia que dos hostias hubieran entrado a mi boca. Sentí que de alguna manera mi Señor me decia, es una para ti, y otra para Manuel.
Me quebranté y le agradecí en mi oración, pues estoy convencida de que esta doble ración no fue coincidencia.
Gracias mi Señor, gracias por permitirme hoy consumir doble ración de ese Pan de Vida. Bendito seas mi Señor, infinitamente seas alabado, mi Jesus Sacramentado.
Amen, y amen.

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